- El teatro actual porteño tiene esas cuestiones encontradas.

- Buenos Aires, en ese aspecto, es un hervidero muy contundente. De hecho, es una de las ciudades con más teatro del mundo.

No es un decir, es real.

Abrís la guía de espectáculos del fin de semana y son enormes las posibilidades para ver, más todas las que no se publican pero existen.

Siento que estoy en el mejor ámbito para hacer lo que hago. Me gusta que en Buenos Aires haya esa efervescencia y también una especie de circulación donde directores, entre los que me incluyo, salidos del under, dirigen en el teatro comercial y de allí llevan actores al under, mezclan los circuitos. Hay público para todo.

Por otro lado, el teatro siempre está en crisis porque el país lo está. Hablo de lo económico, pero subsiste porque quienes lo hacemos lo queremos, lo consideramos esencial.

De alguna manera erotizamos y convencemos al público de que también es fundamental que lo vean.

- Ideológica, temáticamente, ¿hacia dónde apunta?

- No te lo podría decir, es muy difícil generalizar. Teatro es "Brujas" con Moria Casán, los trabajos experimentales de Rafael Spregelburd, la revista de Carmen Barbieri, lo nuevo de Javier Daulte, Daniel Veronese en el teatro comercial…

Si pudiera mancomunar todo en un concepto, puedo decir que el teatro, cada vez más, y los creadores, están comprometiéndose día a día con su libertad, con su posibilidad de dirigir en el under y pasar al comercial sin ser criticados o ubicados en un circuito determinado.

Actores que antes trabajaban sólo en la avenida Corrientes, entendieron que hay otro público en la periferia. Pienso en Luisa Kuliok haciendo un unipersonal ("Un alma inmortal") en el Payró, o en Leonor Manso actuando en "4,48 Psicosis" en el Abasto (El Kafka). Hay un cambio y un trueque constante. (E.R.).

fuente: http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=467955&idcat=9709&tipo=2